CENTRO DE ORIENTACIÓN PROFESIONAL PARA JÓVENES EN MADAGASCAR 2018
Número: 3267
El proyecto es continuidad del proyecto 2987 y del 3135. El objetivo principal es ayudar a los jóvenes a encontrar su camino profesional para luego hacer de vínculo entre los estudios y el mundo laboral. Iniciarlos en las exigencias del mundo laboral, ayudándoles a presentarse a las empresas con el fin de ser contratados, o procurándoles prácticas en empresas con las que se establecerían convenios de colaboración. El proyecto requiere de un responsable (orientador juvenil) que se encarga de velar por que los jóvenes dispongan de: - Orientación, seguimiento y apoyo en su proyecto profesional- Búsqueda de empresas para hacer prácticas laborales- Búsqueda de centros de estudios superiores- Organización de visitas a las empresas y charlas / conferencias sobre los diferentes oficios- Organización de visitas a centros de estudios superiores o ferias de orientación académica- Otorgamiento de becas para poder cursar estudios superiores. Paralelamente a las prácticas en las empresas, se imparten dos formaciones que se consideran prioritarias y directamente relacionadas con la vida laboral: - Francés para reforzar el uso de esta lengua a nivel oral, porque es imprescindible para dar un valor añadido los jóvenes en prácticas.- Sensibilización en sanidad sexual y reproductiva, ya que la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y especialmente el control de la natalidad, tienen un impacto directo en la vida laboral de las jóvenes. Durante el primer periodo se pudo construir el espacio de encuentro y reunión, sede del nuevo proyecto. Acoge tanto grupos de jóvenes, como entrevistas individuales del orientador con los beneficiarios. Es un espacio multidisciplinar que sirve también para llevar a cabo tanto la formación de francés como la sensibilización en salud sexual y reproductiva. El espacio está ubicado dentro del recinto del Centro Educativo Mandorosa (CEM) donde se forman 350 alumnos. Los jóvenes estudiantes ya se han empezado a familiarizarse con la figura del orientador juvenil y con el uso del servicio por parte de los que han terminado la formación y buscan trabajo; los que quieren iniciar una actividad generadora de recursos; los que dejan la escuela reglada para hacer una formación profesional. La idea es que puedan recurrir al orientador juvenil todos aquellos hombres y mujeres de más de 16 años de la zona de intervención, que puede que no quieran o no puedan continuar los estudios superiores, o que quieran informarse sobre qué otras salidas académicas o profesionales tienen.