RESPUESTA A LOS EFECTOS DEL TERREMOTO EN MÉXICO: FASE DE RECONSTRUCCIÓN

El 7 de septiembre de 2017 a las 23:50 (hora local de México) un terremoto de magnitud 8,2 grados en la escala de Richter sacudió el Sur y Centro de México. Guatemala sufrió el sismo con magnitud 7,7 grados. El seísmo, que ha sido uno de los más potentes en un siglo, es el más alto registrado en México desde el año 1932. Los estados más afectados fueron Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz. El Gobierno mexicano ha estimado que un total de 50 millones de personas sintieron el terremoto y, desde ese momento, ya ha habido 819 réplicas.

Fase de reconstrucción Terremoto Mèxico

En México el último balance oficial de personas fallecidas es de 90, de las cuales 71 en el Estado de Oaxaca, 15 en Chiapas y 4 a Tabasco. Según Reuters, el sismo que sacudió México ha dejado un balance de 2,5 millones de personas damnificadas y con necesidades urgentes de ayuda humanitaria. En los estados del Golfo de México a los efectos del terremoto hay que sumar los del paso del huracán Katia que ha impactado el Estado de Veracruz. Las operaciones de búsqueda y rescate aún continúan.

Según datos de UNITAR-UNOSAT el terremoto ha afectado casi 3,5 millones de personas, de las cuales 2,8 millones a 81 municipios del estado de Chiapas, 0,5 millones a 4 municipios de Oaxaca, 29.639 a 4 municipios de Tabasco y 23.857 a 4 municipios de Veracruz.

Sin duda, esta catástrofe ha puesto a prueba la capacidad de prevención, planificación y respuesta de las autoridades y organismos responsables y esta dura experiencia será de gran ayuda para avanzar en políticas y programas que, en el futuro, minimicen aún más los daños y las pérdidas humanas.

Lo que queda en evidencia, como siempre, es que el mundo local, pasada la catástrofe, es quien debe liderar la reconstrucción del territorio afectado, no sólo las infraestructuras, sino también el tejido social.

El objetivo es poder garantizar al máximo que los recursos lleguen oportunamente a los territorios afectados y con visión de proceso. En este sentido la coordinación con los actores locales debe ser directa y las propuestas de ayuda deben generarse a partir de las necesidades de la población damnificada.