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Soy refugiada. ¿Pero qué sabes de mí?

Con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas recogemos las reflexiones de dos personas que se han visto forzadas a dejar su país 

17 June 2019

Según datos de la Agencia de Refugiados de la ONU, 25,4 millones de personas son hoy en día refugiadas. Un refugiado se define como aquel que huye, especialmente una persona que huye a un país extranjero o un poder para escapar del peligro o la persecución. Este 20 de junio todo el mundo vive el Día Mundial de las Personas Refugiadas, una jornada para reflexionar sobre cómo combatir la actual situación y sobre los valores del mundo a inicios del siglo XXI.

La agencia de refugiados de la ONU estima que cada dos segundos una persona debe desplazarse de casa manera forzada debido a conflictos o persecuciones. Los refugiados se enfrentan a retos relacionados con la pobreza, la educación, la lengua, la violencia sexual, la explotación y el tráfico de personas, la salud y mucho más. Estos desafíos pueden persistir más allá del asilo político y el reasentamiento.

Desde entonces, la guerra, la persecución y el conflicto político en lugares como Corea del Norte, la República Democrática del Congo, Camboya, Yemen, Siria, Venezuela y otros han creado decenas de millones de refugiados. En 2017, los solicitantes de asilo presentaron 1,7 millones de nuevas reclamaciones. Los Estados Unidos, Alemania e Italia lideraron el mundo en solicitudes de asilo. En Cataluña, el año 2017, ha habido 3.925 solicitudes.

El testimonio de Nadia Ghulam y Hassana Aalia

Pero ¿qué siente el que se ha visto forzado a dejar su país huyendo de un conflicto? ¿Lo difícil que es empezar de cero? ¿Como la sociedad de acogida puede entender la situación de un refugiado en un mundo saturado de imágenes de conflictos? ¿Qué es ser refugiado más allá de una definición jurídica?

El Fons Català de Cooperació ha recogido dos testigos para intentar reflexionar sobre estas y otras preguntas.

Nadia Ghulam nació en Kabul (Afganistán) en 1985. Su vida, como la de tantas otras mujeres afganas, está marcada por las consecuencias de una cruenta guerra civil, del hambre y del régimen talibán. Pero tales adversidades no pudieron frenarla y Nadia logró salir adelante gracias a su ingenio y coraje, haciéndose pasar por un chico durante diez años para así poder alimentar a su familia. En 2006, gracias a un programa de asistencia internacional llega a Cataluña, país donde vive como refugiada. Ha escrito tres libros y una obra de teatro sobre este drama de los refugiados.
 

Hassan Aalia es un joven activista saharaui que fue condenado a cadena perpetua por Marruecos para tomar parte en los enfrentamientos que tuvieron lugar en 2010 en el campamento saharaui de Gdeim Izik. En 2011, y antes de ser condenado en rebeldía a cadena perpetua, se estableció en el País Vasco. Después de varios problemas con la justicia alcanzó el estatus de refugiado.

Aalia visitó Catalunya en abril dentro del proyecto Ciudades Defensoras de los Derechos Humanos, que organizan el Fons Català de Cooperació al Desenvolupament y la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado, con la participación de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, el Área Metropolitana de Barcelona y el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña.